Con el fin de promover la educación cívica y ética como  parte del proceso educativo nacional, el diputado Fernando Chávez Méndez presentó una iniciativa de reforma a los artículos 7 fracción VI y 49 primer párrafo de la Ley General de Educación, para que una vez que sea aprobada por el Congreso del Estado, sea remitida como iniciativa ante el Congreso de la Unión.

En su exposición de motivos, el diputado recalca que es importante incorporar la materia de educación cívica y ética en los planes y programas de estudio para fomentar el desarrollo de los principios y los derechos humanos en los estudiantes de nivel básico.

“Es fundamental lograr la cohesión del tejido social que persiste en nuestro país, estableciendo la formación cívica y ética como uno de los pilares fundamentales de la política educativa nacional; la materia de Formación cívica y ética en la educación básica, establece las bases para una sociedad con valores”, señala.

Recordó que la materia de educación cívica aparece en los planes educativos a nivel básico en México a partir de la década de los treinta, como una forma de contribuir desde las escuelas a la unidad nacional. Para la década de los sesenta, la educación cívica se presenta como una asignatura encaminada al conocimiento y mejoramiento de la sociedad incorporándola en los cuadernos de trabajo complementarios al libro oficial de Historia y Civismo para los grados de 3° a 6° de la escuela primaria.

En 1973 la reforma educativa agrupa por campos de conocimiento al civismo, dentro del área de las ciencias sociales, y es con las reformas de 1993 y 1999, que considerando a la educación cívica como primordial para lograr una educación integral, se incorporó la formación de valores al contenido temático de la materia.

Sin embargo, en 2002 se eliminó de los libros de ciencias sociales la materia de civismo y para 2008 se volvió a reincorporar la materia del civismo en los libros de ciencias sociales, con la finalidad de que los alumnos asuman posturas y compromisos éticos vinculados con su desarrollo personal y social, teniendo como marco de referencia los derechos humanos y la cultura política democrática.

“La formación cívica y ética es primordial, pues una sociedad carente de valores puede ser fácilmente encantada por cualquier práctica negativa, influyendo también la dinámica de descomposición social actual, la pérdida del concepto de familia, la forzada adopción de estereotipos”.

Añade que la sociedad actual ha perdido el respeto por las instituciones  sociales, económicas y políticas, pero sobre todo por la más importante que es la familia, pilar para la construcción de cualquier nación; es por ello que la política educativa nacional vuelva a tener como uno de sus pilares y fundamentos la educación y formación cívica y ética para con ello contar con valores mínimos de una vida digna y estar en condiciones de erradicar los problemas del racismo, género, delincuencia, corrupción y convivencia entre culturas.

La iniciativa fue turnada para su análisis a las comisiones de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología; y, Puntos Constitucionales.